Algunos dúos familiares en la historia de la salsa
"Yo empecé exactamente a los ocho años de edad, cuando papi, de alguna manera, me preguntó si me gustaba la música y le dije que sí", recuerda a Efe Gerardo Rivas, líder principal de la orquesta NG2 e hijo del veterano cantante de El Gran Combo de Puerto Rico, Jerry Rivas.
Los Rivas están considerados uno de los principales dúos de padre e hijo en el mundo la salsa, al igual que el fenecido percusionista Kako Bastar -quien tocó junto a los legendarios Mongo Santamaría, Charlie Palmieri y Tito Puente- y su hijo, Richie, es bongocero de El Gran Combo de Puerto Rico.
"Yo crecí viendo a papi sobre una tarima", agrega Gerardo Rivas sobre su progenitor, quien lleva 38 años en la mítica orquesta de salsa fundada en 1962 por su director musical, Rafael Ithier, por Roberto Roena y por el fenecido saxofonista Eddie "La bala" Pérez.
Otro dúo que merece ser mencionado en el mundo de la salsa son Quique Lucca, fundador de la orquesta La Sonora Ponceña, y su hijo Papo Lucca, quien se ha destacado como director musical de esa agrupación y fue pianista de Las Estrellas de la Fania.
Un vivo recuerdo que tiene Jerry Rivas de Gerardo fue cuando, en una presentación de El Gran Combo, en unas fiestas patronales de Carolina, municipio aledaño a San Juan de Puerto Rico, vio que una persona del público le estaba señalando a su vástago, para indicarle que observara cómo estaba bailando la misma coreografía que su padre y los demás cantantes de la orquesta.
El patriarca asegura que, en ese momento, se impresionó por la manera en que bailaba el mayor de cuatro hermanos. También recuerda que Gerardo se pasaba las horas cantando las canciones de El Gran Combo junto a su hermano Jerry, quien actualmente es trombonista de la orquesta NG2.
"Ahí me di cuenta de que, rítmicamente hablando, Gerardo había desarrollado su oído musical y tenía claras inquietudes en la música", afirma Jerry, quien además de cantante se destaca tocando el tré, que es un tipo de guitarra más pequeña que las tradicionales y con menos cuerdas.
Acudiendo a las presentaciones de El Gran Combo fue que Gerardo comenzó a interesarse por la música y, en especial, por la percusión. Su mayor inspiración fue el percusionista de la legendaria orquesta, Edgardo Morales, ya fallecido, según ha explicado él mismo en alguna ocasión.
DE UNA CANCIÓN DE NIÑOS A NG2
Jerry recuerda también la primera vez que Gerardo le dijo abiertamente que quería ser salsero. Fue en una ocasión en que El Gran Combo se presentaba en México en la década de los años 90 y escuchó una canción de rock de los Teenage Mutant Ninja Turtles. El trompetista Edgardo Nevárez le preguntó si creería que Gerardo estaría dispuesto a grabarla.
Los Rivas están considerados uno de los principales dúos de padre e hijo en el mundo la salsa, al igual que el fenecido percusionista Kako Bastar -quien tocó junto a los legendarios Mongo Santamaría, Charlie Palmieri y Tito Puente- y su hijo, Richie, es bongocero de El Gran Combo de Puerto Rico.
"Le pregunté si quería hacer eso y fue como ofrecerle un dulce. Me dijo que sí entusiasmado. Y, desde ahí, comenzó la aventura", cuenta Jerry en referencia al momento previo a que Gerardo formara su primera orquesta: Gerardito y Los Rocolos.
Según relata Gerardo, la agrupación se presentó "en todas las fiestas patronales". De igual manera, llevaron espectáculos a fiestas de quinceañeros y cumpleaños, e incluso viajaron a República Dominicana y Panamá e hicieron un especial en Disney World.
Debido al éxito que estaba teniendo la agrupación, y viendo lo serio que se estaba tornando el camino, Gerardo empezó a estudiar percusión en la Escuela Libre de Música bajo Santiago Martínez, quien era director de la orquesta de Víctor Manuelle. Tenía entonces 14 años de edad.
Tras graduarse en el año 2000, se abrió una vacante en la orquesta de Manuelle para tocar las congas, y Martínez, que era el director, le ofreció el trabajo. Él lo aceptó y pasó a ser el conguero del grupo.
En la orquesta también estaba Norberto Vélez, quien solo llevaba un mes como corista. Tanto Vélez como Gerardo viajaron por primera vez a una presentación en Costa Rica, donde compartieron el cuarto. Allí empezó una amistad que llevó a la formación de la orquesta NG2.
"El 80% de lo que soy es a base de lo que papi me enseñó. Y, como músico, hay un 75% de la manera en que canto que es pura influencia de él, aunque él lo niegue", afirma Gerardo.
A TRATAR DE IGUALAR AL "TENOR DE LA SALSA"
Alex D' Castro fue durante las décadas de los 80 y 90 uno de los salseros puertorriqueños más codiciados gracias a sus temas "Perdido", "Si no fuera por ti", "Año diez en el amor", "Dilema" y "Solo".
Alex D' Castro fue durante las décadas de los 80 y 90 uno de los salseros puertorriqueños más codiciados gracias a sus temas "Perdido", "Si no fuera por ti", "Año diez en el amor", "Dilema" y "Solo".Su hijo Carlos es quien ahora trata de afianzarse como una figura de la salsa
Según relata a Efe, ya desde pequeñito en la escuela "buscaban al gordito para que cantara una canción dedicada a las madres, o el himno de la escuela".
Su hermano Carlos tenía una orquesta y, en una ocasión, su cantante faltó, por lo que Alex, que entonces tenía 14 años, lo reemplazó. Su interpretación fue tan buena que se quedó como cantante principal.
Dos años más tarde, el timbalero Charlie Sierra lo invitó a cantar e incorporarse a la orquesta de Raphy Leavitt y La Selecta. Después pasó a la agrupación de Ismael Miranda y, de seguido, estuvo un año en el grupo del panameño Miguel Bascasnegras, mejor conocido como "Meñique".
Por su dinámica voz lo conocen como "El tenor de la salsa", aunque ésta empezó a dar señales de debilitamiento a raíz de problemas en sus cuerdas vocales. Ello le llevó a caer en una depresión que le duró varios años, aunque terminó superándola y dedicando su atención a la religión, aparcando así su faceta de músico profesional.
Su hijo Carlos es quien ahora trata de afianzarse como una figura de la salsa. "Desde temprano lo llevé por el camino de la música", recuerda Alex de su hijo, con quien grabó su primera canción cuando el pequeño tenía seis años.
Carlos D' Castro empezó a formarse en el Coro Sinfónico de San Juan, con el que tuvo la oportunidad de presentarse en países como Chile, Francia y Argentina.
"Eso le marcó mucho. Ha sido un estudiante fácil, que se ha dejado dirigir y con ideas propias. Es un muchacho que sigue la dirección que se le marque", afirma Alex del joven cantante, quien en noviembre de 2013 lanzó su segundo disco de salsa, "Para qué negarlo".
El primero disco del joven artista, "Todo tiene su momento", se produjo en Venezuela.
OTROS DÚOS DE PADRE E HIJO
POr nuestro Lado también se presenta a Dinkol Arroyo
Otro dúo que merece ser mencionado en el mundo de la salsa son Quique Lucca, fundador de la orquesta La Sonora Ponceña, y su hijo Papo Lucca, quien se ha destacado como director musical de esa agrupación y fue pianista de Las Estrellas de la Fania.
La Sonora Ponceña lleva más de 55 años de fundación, mientras que Papo Lucca fue miembro de Las Estrellas de la Fania, considerada por algunos seguidores de la salsa como la máxima orquesta del género en la historia, por tener en ella a legendarios cantantes como Cheo Feliciano, Héctor Lavoe, Celia Cruz, entre otros.
A este binomio se le suman el cantante Andy Montañez -quien fuera al principio de su carrera cantante de El Gran Combo de Puerto Rico- y sus hijos Harold y Andy Jr., quienes son coristas de la orquesta de su padre; los timbaleros Don Perignon y su hijo Pete; Frankie Ruiz -uno de los pioneros del movimiento de la salsa romántica en la década del 80- y su primogénito del mismo nombre, y Oscar y Oscarito Villariny.
Tampoco se puede olvidar a Tommy Olivencia y su vástago. El padre tuvo a su cargo "La escuelita de los soneros", de donde salieron algunos de los mejores solistas del género, como Gilberto Santa Rosa, Frankie Ruiz, Chamaco Ramírez y Héctor Tricoche.
Por nuestro lado también se presenta Joe Arroyo y su hijo DinKol el cual tiene casi el mismo tono y timbre de voz.
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(EFE/Reportajes)
JORGE J. MUÑIZ ORTIZ