"La salsa está gozando de un momento importante"
"Yo respeto mucho lo que hacen algunos jóvenes exponentes que están tratando de traer una propuesta diferente" "Yo soy bastante obsesivo con mi trabajo, pero creo que he hecho un balance para dedicarle tiempo a mi familia"
Su más reciente producción discográfica, Me llamaré tuyo
(2013), le valió a Víctor Manuelle una nueva nominación al Grammy
Latino, la cual interpreta como una reafirmación de que los movimientos
que está dando en la música "son acertados". Para deleite de sus
fanáticos locales, el cantante puertorriqueño se presentará el sábado 2
de noviembre en el Poliedro de Caracas.
-¿Qué sorpresas les tiene preparadas a su público para ese día?
-Estoy súper entusiasmado. De dos años para acá, la afinidad con Venezuela ha ido aumentando. Siempre había visitado el país, pero en estos últimos dos años hemos tenido una constancia y una frecuencia increíble y el saber que voy a compartir el escenario con El Gran Combo -que para mí es la institución salsera más importante del mundo- y con los muchachos de Proyecto A, me emociona. Es súper poder brindarle al público un concierto de mucha salsa, creo que vamos a disfrutar muchísimo la música de nuestros compañeros y vamos a poner a gozar a Venezuela.
-Después de dos décadas en el mundo de la música, ¿en qué han variado las letras y los ritmos que le ofrece al público que lo sigue?
-Pues mira, una de las cosas más lindas de todo esto, a través de mis 20 años de carrera, es que he podido ir evolucionando, he hecho ajustes en mi música que han sido aceptados por el público, que es lo que más le preocupa a un artista cuando lleva muchos años establecido y tiene unos seguidores que ya son fanáticos de un estilo. Mi penúltima producción, Busco un pueblo, contiene temas como Si tú me dejas y Ella lo que quiere es salsa, que fueron un poco diferentes a las propuestas musicales que estaba acostumbrado a hacer en años anteriores.
-Eddie Palmieri considera que lo que se escucha ahora en la radio no es salsa, ¿qué piensa usted?
-Bueno, es muy difícil porque Eddie es una figura respetada, una persona a la cual yo quiero mucho; tuve la oportunidad de trabajar con él en mis producciones musicales y ésa es su opinión. Yo no quiero ir en contra de una opinión de Eddie Palmieri. Pienso que la salsa está gozando de un momento importante y que cada persona hace su trabajo de acuerdo con lo que siente ahora. Yo respeto mucho lo que hace Palmieri y respeto mucho lo que hacen algunos jóvenes exponentes que están tratando de traer una propuesta diferente en una época diferente; entonces, uno para complacer al público, obviamente, tiene que refrescar el género de la salsa. Esta es mi humilde opinión.
Gracias a Dios, he estado los últimos 10, 12 años, nominado consecutivamente a los Grammy, pero no deja de sorprenderme y causarme alegría porque es como la recompensa al sacrificio y al trabajo duro de todo un año con una producción musical, y me reafirma que los movimientos que estoy haciendo con mi música son acertados.
-¿Se considera un adicto al trabajo?
-Yo soy bastante obsesivo con mi trabajo, pero creo que he hecho un balance bastante bueno para dedicarle tiempo a las cosas importantes que son mi familia y otros detalles. Uno tiene una vida normal también y he sabido balancear esas dos facetas, pero una vez que comienzo la parte que me toca del trabajo, soy sumamente exigente, obsesivo. Puedo tener días de trabajo, de estudio de grabación de más de 18 horas, más de 22 horas. Para mí es muy normal. A mí me encanta. Cuando estoy en el estudio de grabación, me desconecto del mundo.
-¿Qué sorpresas les tiene preparadas a su público para ese día?
-Estoy súper entusiasmado. De dos años para acá, la afinidad con Venezuela ha ido aumentando. Siempre había visitado el país, pero en estos últimos dos años hemos tenido una constancia y una frecuencia increíble y el saber que voy a compartir el escenario con El Gran Combo -que para mí es la institución salsera más importante del mundo- y con los muchachos de Proyecto A, me emociona. Es súper poder brindarle al público un concierto de mucha salsa, creo que vamos a disfrutar muchísimo la música de nuestros compañeros y vamos a poner a gozar a Venezuela.
-Después de dos décadas en el mundo de la música, ¿en qué han variado las letras y los ritmos que le ofrece al público que lo sigue?
-Pues mira, una de las cosas más lindas de todo esto, a través de mis 20 años de carrera, es que he podido ir evolucionando, he hecho ajustes en mi música que han sido aceptados por el público, que es lo que más le preocupa a un artista cuando lleva muchos años establecido y tiene unos seguidores que ya son fanáticos de un estilo. Mi penúltima producción, Busco un pueblo, contiene temas como Si tú me dejas y Ella lo que quiere es salsa, que fueron un poco diferentes a las propuestas musicales que estaba acostumbrado a hacer en años anteriores.
-Eddie Palmieri considera que lo que se escucha ahora en la radio no es salsa, ¿qué piensa usted?
-Bueno, es muy difícil porque Eddie es una figura respetada, una persona a la cual yo quiero mucho; tuve la oportunidad de trabajar con él en mis producciones musicales y ésa es su opinión. Yo no quiero ir en contra de una opinión de Eddie Palmieri. Pienso que la salsa está gozando de un momento importante y que cada persona hace su trabajo de acuerdo con lo que siente ahora. Yo respeto mucho lo que hace Palmieri y respeto mucho lo que hacen algunos jóvenes exponentes que están tratando de traer una propuesta diferente en una época diferente; entonces, uno para complacer al público, obviamente, tiene que refrescar el género de la salsa. Esta es mi humilde opinión.
Gracias a Dios, he estado los últimos 10, 12 años, nominado consecutivamente a los Grammy, pero no deja de sorprenderme y causarme alegría porque es como la recompensa al sacrificio y al trabajo duro de todo un año con una producción musical, y me reafirma que los movimientos que estoy haciendo con mi música son acertados.
-¿Se considera un adicto al trabajo?
-Yo soy bastante obsesivo con mi trabajo, pero creo que he hecho un balance bastante bueno para dedicarle tiempo a las cosas importantes que son mi familia y otros detalles. Uno tiene una vida normal también y he sabido balancear esas dos facetas, pero una vez que comienzo la parte que me toca del trabajo, soy sumamente exigente, obsesivo. Puedo tener días de trabajo, de estudio de grabación de más de 18 horas, más de 22 horas. Para mí es muy normal. A mí me encanta. Cuando estoy en el estudio de grabación, me desconecto del mundo.
YOLIMER OBELMEJÍAS | EL UNIVERSAL
viernes 4 de octubre