Porqué coleccionar vinilos o Lp´s
Por: Por Mario (Speddy) Gonzalez
Pues por varias razones, desde las más tradicionales hasta las más contemporáneas.
Soy de aquellos coleccionadores (no importa si mayúsculos o minúsculos) que limpian sus discos los domingos después de la misa matinal y colocan en alto volumen sus temas preferidos, ¿será que hay algo más tradicional que eso?, no lo creo.
Admirar el arte de las caratulas de los discos es otra de las grandes razones de esa pasión, cómo no sentirse atraído por el arte de las caratulas de los discos de la Sonora Ponceña, por citar un ejemplo o aquellas maravillas de los discos de William Millan y Saoco, donde son literalmente obras de arte de pinturas.
Las carátulas son el primer chamariz que un disco nos propone para que lo escuchemos por más extraño que sea el titular de la producción.
La primera carátula que me llamo la atención aún siendo niño fue la de “The Big Break” de Willie Colón tal vez más por causa de la reacción de mi joven tío Hugo, un salsero empedernido que me colocó en el fantástico mundo de la música latina.
Los discos de vinilo para quien los colecciona generan un sentimiento profundo, quien no se alegra al escuchar uno de sus preferidos o se entristece cuando al paso del tiempo o de un descuido se quiebran o los invaden los rayones. Es un sentimiento extremamente fraternal, sin ese sentimiento difícilmente poco nos importaría gastar la cantidad necesaria de dinero para tenerlos por el restante de nuestras vidas.
¿Porqué el vinilo fue sustituido en la industria por las midias digitales?
Evidentemente por razones comerciales, nada ha ver con el aspecto sentimental que mencioné líneas arriba. Al respecto establezco el siguiente paralelo: el disco de vinilo para los de mi generación representa como la primera enamorada, aquella que tenemos desde la infancia en nuestro barrio, aquella que pasa el tiempo y nos acostumbramos tanto que sus virtudes pasan casi que desapercibidas, hasta el momento en que crecemos y llega a nuestro hábitat una opción nueva, diferente, práctica, tecnológica y de vanguardia (como el caso del CD), y la cambiamos por esta, como si cambiáramos esa enamorada de infancia por la linda nueva vecina de ojos verdes y despampanante cuerpo, más que carece de otras singulares virtudes que ya teníamos y no nos dábamos cuenta.
Más el tiempo es rey y colocará las cosas en su debido orden; resultan inevitables las comparaciones y se sobrepondrá aquel sentimiento extremamente fraternal que permitió que nos convirtiéramos en osados y desenfrenados coleccionadores.
Coleccionar discos de vinilo definitivamente no es un hábito ni una actividad pura y simple, es un culto al cual nos dedicamos de cuerpo y alma.
Aunque el avance en la tecnología trae muchos beneficios, no podemos dejar de reconocer la buena calidad de los productos de antaño. el buen sonido que aloja un Lp conservado, y visceralmente el sonido del salto de la aguja, antes, las cosas se hacían más por pasión que por negocio; con esfuerzo casi todo es negocio... o debe ser negocio, si no, ese producto simplemente se descataloga y punto.
Por tal motivo, la poca gente que aún valora la calidad de lo "antigüo" está dispuesta a pagar bien por artículos originales o re-ediciones de los mismos.
Es bien cierto que el LP, tiene mejor calidad de sonido que el CD y, a su vez, el CD tiene mejor calidad de sonido que el MP3... ¿y quién no tiene un MP3 hoy en día?, casi todo el mundo.
En lo personal conservo una colección de LP’s y cuando se trata de sentarse a escuchar como Dios manda, no hay como escuchar esos platos negros.
En cambio, para cuestiones de practicidad y comodidad, en los autos , caminando, desplazandome en los medios de transporte no hay como los CD’s... y, mejor aún, un MP3 que permite llevar todas las obras, No ocupa mucho espacio pero tan poco es bien valorado, pero al fin y alcabo gracias a ellos hay preservación de la cultura.
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