Mostrando entradas con la etiqueta jerry Rivas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta jerry Rivas. Mostrar todas las entradas

jueves, 27 de agosto de 2015

Algunos dúos familiares en la historia de la salsa

Algunos dúos familiares en la historia de la salsa






"Yo empecé exactamente a los ocho años de edad, cuando papi, de alguna manera, me preguntó si me gustaba la música y le dije que sí", recuerda a Efe Gerardo Rivas, líder principal de la orquesta NG2 e hijo del veterano cantante de El Gran Combo de Puerto Rico, Jerry Rivas.

Los Rivas están considerados uno de los principales dúos de padre e hijo en el mundo la salsa, al igual que el fenecido percusionista Kako Bastar -quien tocó junto a los legendarios Mongo Santamaría, Charlie Palmieri y Tito Puente- y su hijo, Richie, es bongocero de El Gran Combo de Puerto Rico.

"Yo crecí viendo a papi sobre una tarima", agrega Gerardo Rivas sobre su progenitor, quien lleva 38 años en la mítica orquesta de salsa fundada en 1962 por su director musical, Rafael Ithier, por Roberto Roena y por el fenecido saxofonista Eddie "La bala" Pérez.

Otro dúo que merece ser mencionado en el mundo de la salsa son Quique Lucca, fundador de la orquesta La Sonora Ponceña, y su hijo Papo Lucca, quien se ha destacado como director musical de esa agrupación y fue pianista de Las Estrellas de la Fania.

Un vivo recuerdo que tiene Jerry Rivas de Gerardo fue cuando, en una presentación de El Gran Combo, en unas fiestas patronales de Carolina, municipio aledaño a San Juan de Puerto Rico, vio que una persona del público le estaba señalando a su vástago, para indicarle que observara cómo estaba bailando la misma coreografía que su padre y los demás cantantes de la orquesta.

El patriarca asegura que, en ese momento, se impresionó por la manera en que bailaba el mayor de cuatro hermanos. También recuerda que Gerardo se pasaba las horas cantando las canciones de El Gran Combo junto a su hermano Jerry, quien actualmente es trombonista de la orquesta NG2.

"Ahí me di cuenta de que, rítmicamente hablando, Gerardo había desarrollado su oído musical y tenía claras inquietudes en la música", afirma Jerry, quien además de cantante se destaca tocando el tré, que es un tipo de guitarra más pequeña que las tradicionales y con menos cuerdas.

Acudiendo a las presentaciones de El Gran Combo fue que Gerardo comenzó a interesarse por la música y, en especial, por la percusión. Su mayor inspiración fue el percusionista de la legendaria orquesta, Edgardo Morales, ya fallecido, según ha explicado él mismo en alguna ocasión.



DE UNA CANCIÓN DE NIÑOS A NG2

Jerry recuerda también la primera vez que Gerardo le dijo abiertamente que quería ser salsero. Fue en una ocasión en que El Gran Combo se presentaba en México en la década de los años 90 y escuchó una canción de rock de los Teenage Mutant Ninja Turtles. El trompetista Edgardo Nevárez le preguntó si creería que Gerardo estaría dispuesto a grabarla.

Los Rivas están considerados uno de los principales dúos de padre e hijo en el mundo la salsa, al igual que el fenecido percusionista Kako Bastar -quien tocó junto a los legendarios Mongo Santamaría, Charlie Palmieri y Tito Puente- y su hijo, Richie, es bongocero de El Gran Combo de Puerto Rico.

"Le pregunté si quería hacer eso y fue como ofrecerle un dulce. Me dijo que sí entusiasmado. Y, desde ahí, comenzó la aventura", cuenta Jerry en referencia al momento previo a que Gerardo formara su primera orquesta: Gerardito y Los Rocolos.

Según relata Gerardo, la agrupación se presentó "en todas las fiestas patronales". De igual manera, llevaron espectáculos a fiestas de quinceañeros y cumpleaños, e incluso viajaron a República Dominicana y Panamá e hicieron un especial en Disney World.

Debido al éxito que estaba teniendo la agrupación, y viendo lo serio que se estaba tornando el camino, Gerardo empezó a estudiar percusión en la Escuela Libre de Música bajo Santiago Martínez, quien era director de la orquesta de Víctor Manuelle. Tenía entonces 14 años de edad.

Tras graduarse en el año 2000, se abrió una vacante en la orquesta de Manuelle para tocar las congas, y Martínez, que era el director, le ofreció el trabajo. Él lo aceptó y pasó a ser el conguero del grupo.

En la orquesta también estaba Norberto Vélez, quien solo llevaba un mes como corista. Tanto Vélez como Gerardo viajaron por primera vez a una presentación en Costa Rica, donde compartieron el cuarto. Allí empezó una amistad que llevó a la formación de la orquesta NG2.

"El 80% de lo que soy es a base de lo que papi me enseñó. Y, como músico, hay un 75% de la manera en que canto que es pura influencia de él, aunque él lo niegue", afirma Gerardo.



A TRATAR DE IGUALAR AL "TENOR DE LA SALSA"

Alex D' Castro fue durante las décadas de los 80 y 90 uno de los salseros puertorriqueños más codiciados gracias a sus temas "Perdido", "Si no fuera por ti", "Año diez en el amor", "Dilema" y "Solo".

Alex D' Castro fue durante las décadas de los 80 y 90 uno de los salseros puertorriqueños más codiciados gracias a sus temas "Perdido", "Si no fuera por ti", "Año diez en el amor", "Dilema" y "Solo".Su hijo Carlos es quien ahora trata de afianzarse como una figura de la salsa

Según relata a Efe, ya desde pequeñito en la escuela "buscaban al gordito para que cantara una canción dedicada a las madres, o el himno de la escuela".

Su hermano Carlos tenía una orquesta y, en una ocasión, su cantante faltó, por lo que Alex, que entonces tenía 14 años, lo reemplazó. Su interpretación fue tan buena que se quedó como cantante principal.

Dos años más tarde, el timbalero Charlie Sierra lo invitó a cantar e incorporarse a la orquesta de Raphy Leavitt y La Selecta. Después pasó a la agrupación de Ismael Miranda y, de seguido, estuvo un año en el grupo del panameño Miguel Bascasnegras, mejor conocido como "Meñique".

Por su dinámica voz lo conocen como "El tenor de la salsa", aunque ésta empezó a dar señales de debilitamiento a raíz de problemas en sus cuerdas vocales. Ello le llevó a caer en una depresión que le duró varios años, aunque terminó superándola y dedicando su atención a la religión, aparcando así su faceta de músico profesional.

Su hijo Carlos es quien ahora trata de afianzarse como una figura de la salsa. "Desde temprano lo llevé por el camino de la música", recuerda Alex de su hijo, con quien grabó su primera canción cuando el pequeño tenía seis años.

Carlos D' Castro empezó a formarse en el Coro Sinfónico de San Juan, con el que tuvo la oportunidad de presentarse en países como Chile, Francia y Argentina.

"Eso le marcó mucho. Ha sido un estudiante fácil, que se ha dejado dirigir y con ideas propias. Es un muchacho que sigue la dirección que se le marque", afirma Alex del joven cantante, quien en noviembre de 2013 lanzó su segundo disco de salsa, "Para qué negarlo".
El primero disco del joven artista, "Todo tiene su momento", se produjo en Venezuela.



OTROS DÚOS DE PADRE E HIJO

POr nuestro Lado también se presenta a Dinkol Arroyo

Otro dúo que merece ser mencionado en el mundo de la salsa son Quique Lucca, fundador de la orquesta La Sonora Ponceña, y su hijo Papo Lucca, quien se ha destacado como director musical de esa agrupación y fue pianista de Las Estrellas de la Fania.

La Sonora Ponceña lleva más de 55 años de fundación, mientras que Papo Lucca fue miembro de Las Estrellas de la Fania, considerada por algunos seguidores de la salsa como la máxima orquesta del género en la historia, por tener en ella a legendarios cantantes como Cheo Feliciano, Héctor Lavoe, Celia Cruz, entre otros.

A este binomio se le suman el cantante Andy Montañez -quien fuera al principio de su carrera cantante de El Gran Combo de Puerto Rico- y sus hijos Harold y Andy Jr., quienes son coristas de la orquesta de su padre; los timbaleros Don Perignon y su hijo Pete; Frankie Ruiz -uno de los pioneros del movimiento de la salsa romántica en la década del 80- y su primogénito del mismo nombre, y Oscar y Oscarito Villariny.

Tampoco se puede olvidar a Tommy Olivencia y su vástago. El padre tuvo a su cargo "La escuelita de los soneros", de donde salieron algunos de los mejores solistas del género, como Gilberto Santa Rosa, Frankie Ruiz, Chamaco Ramírez y Héctor Tricoche.

Por nuestro lado también se presenta Joe Arroyo y su hijo DinKol el cual tiene casi el mismo tono y timbre de voz.
.








 EFE - Agencia EFE - Todos los derechos reservados. Está prohibido todo tipo de reproducción sin autorización escrita de la Agencia EFE S/A. 
(EFE/Reportajes)
JORGE J. MUÑIZ ORTIZ

jueves, 11 de diciembre de 2014

ARTISTAS SALSEROS UNIDOS ALEGRANDO LOS NIÑOS CON SINDROME DE DOWN EN ESTE DICIEMBRE

ARTISTAS SALSEROS UNIDOS ALEGRANDO LOS NIÑOS CON SINDROME DE DOWN EN ESTE DICIEMBRE 

Por: Nicolas Barbosa







A menudo cuando nos acercamos a los artistas, sean músicos, cantantes o demás, se nos olvida que tras esa parafernalia teatresca y egocéntrica que adorna a muchos, en donde prácticamente se les debe contemplar dado su puesto de "dioses del Olimpo", producto de nuestra propia idolatría,  siempre hay una faceta humana, una faceta en donde también ríen, pasan hambre, tienen problemas, sufren de mal humor, son estrictos, unos lloran, vienen de abajo, donde al interior de su vida transcurre de una forma igual o muy similar a la de cualquiera, visten de manera cómoda y descomplicada, algunos madrugan sagradamente a hacer ejercicio, pues a la edad de algunos es importante tener buen físico para poder aguantar lo que a nosotros los managers, periodistas o comunicadores se nos ocurra, ejemplos Adalberto Santiago y Henry Fiol.

A lo largo de la historia de la salsa, hemos encontrado artistas con doble profesión, algunos titulados y hasta con doctorados, otros con doble oficio, pero siempre de la mano de lo que mas les gusta y es la música, algo que se lleva en las venas, ese amor, ese algo que nace con ellos, alguien dijo por ahí "todos nacemos sencillos pero la idolatría nos vuelve así".

Algunos son tímidos, otros son emotivos, conversadores, gesticulones, pero al fin de cuentas son personas, personas que día tras día se empeñan en dar lo mejor de lo que han hecho, de lo que han aprendido generacionalmente, tradicionalmente o pagando estudios especializados, con el único fin de  ponernos a gozar y hacer lo que les gusta.

Pero el otro lado de esos artistas, como bien lo decía Maelo, "esos ...incomprendidos!", lo que no sabe el grueso de la gente es que al ser personas como los demás, lamentablemente somos temerosos de lo que nos pueda pasar, de lo que nos puedan hacer, por eso recurrimos a estrategias para simplemente aislar nuestras vidas privadas, el interior de nuestras familias, o temas que solo conciernen a la familia, ser figura publica tiene limites, lamentablemente cuando estas expuesto siempre saldrán cosas, incluso desde el mismo interior de la familia que serán noticia seguidos de escándalos, es a eso que nosotros nos cuidamos, trabajamos integralmente nuestra imagen, nuestra música, nuestras carreras, para que nuestras vidas sean destruidas por algunos pocos, generalmente encargados de los programas de chismes de los medios, que terminan nuestras carreras con mentiras de farándula o agrandando las cosas de como son en verdad, con cosas que solo a ti te interesan como familia y nada mas.

Pues bien entre esas múltiples actividades ocultas y facetas escondidas pero publicables encontramos unos artistas recurrentes, muy famosos de la farándula salsera, que en sus ratos de ocio en estas fechas se dedican a llevar alegría a los mas desprotegidos, que tal Luisito Carrión, Jerry Rivas, Richard Bastar se reunieron recientemente es la escuela "La Esperanza", de Puerto Rico de Niños con síndrome de Down, para llevarles una bonita serenata, lo cual hace que podamos hablar siempre bien de estas personas, que sin un lucro monetario, donan su tiempo, sus voces, y todo su ser, como muchos otros artistas escondidos y el anonimato, por que no buscan vanagloriarse de lo que hacen, artistas  nacionales e internacionales, para desde sus capacidades darse sencillos a la gente.


Labores altruistas, este tipo de eventos son los que realmente deben destacarse de las facetas humanas por que lo musical siempre esta cubierto y todo esto lo digo no porque Richie Bastar sea mi amigo, con quien tengo una bonita amistad ya de hace par de años,  sino también porque debemos resaltar esos valores que se han venido perdiendo a diario en nuestra sociedad y que ya cosas como esta no son noticia.

Disfruten las fotos de esta actividad:



Llevando Alegria y Musica
Con Jerry Rivas ( Tres cubano) Luisito Carrion ( cantante) Alex Lopez ( cantante) Freddie Miranda ( Saxo) Freddy Rivera ( Bajo) Milguel Torres ( conga ) Richie Bastar ( Bongo)










lunes, 14 de mayo de 2012

Jerry Rivas: 35 años poniendo salsa en El Gran Combo


Jerry Rivas: 35 años poniendo salsa en El Gran Combo

 Tomado de el vocero

 

Cuando el sonero Andy Montañez dejó El Gran Combo de Puerto Rico, muchos salseros pensaron que la orquesta decairía, que no existía otro cantante que diera la talla del “Niño de Trastalleres”.
Pero se equivocaron porque la orquesta continuó exitosa con la llegada de un muchacho blanco de ojos azules, quien con su voz y presencia complementó la cadencia de “Los Mulatos del Sabor”, quienes siguieron conquistando fanaticada en diversos países donde todavía los reciben con gran cariño.
El 19 de abril de 1977, Jerry Louis Rivas Díaz cantó por vez primera con El Gran Combo de Puerto Rico, en el antiguo Club Caborrojeño de Guaynabo. Interpretó “Buscando ambiente” compuesta por el trompetista Taty Maldonado.
Cuando Ithier contrató a Jerry Rivas, la noticia alegró muchísimo al cantante, quien se sintió como si se hubiese pegado en la lotería. Sin embargo, fue difícil ganarse los aplausos de los fanáticos de Andy y el reconocimiento de otros cantantes salseros.
“Tenía que batallar con los fanáticos de Andy Montañez. Me decían en la cara que yo no estaba en na’, que yo era muy blanco, que no cuadraba con el grupo. Tuve mis frustraciones también porque no fue fácil. Gilberto Santa Rosa entendía que yo no estaba en na’. Estaba molesto porque se suponía que él era el que iba para El Gran Combo. Gilberto dice que me odiaba…”, reveló Jerry.
Reconoció que Ithier le enseñó cómo interpretar una buena salsa, porque aunque él es músico, “es un cantante de salsa innato, un guarachero. Todo el mundo pensaba que El Gran Combo se acababa con la salida de Andy y apareció este jíbaro, pero entiendo que Charlie Aponte es el que coge las riendas. Tenía la responsabilidad grande. Desde el principio, Charlie siempre estuvo ahí; no había cosa de celos. Él fue un apoyo todo el tiempo. Cualquier cosa que yo le preguntaba, él me ayudaba”, indicó Jerry.
El intérprete, quien nació en Tampa, Florida, llegó a la Isla cuando tenía 5 años de edad. Aunque se crió en Cataño y en Bayamón, se siente orocoveño, de tierra adentro y jíbaro de corazón porque su familia y sus padres Primitivo Rivas y María Díaz eran naturales de Orocovis.
Antes de ser salsero fue roquero y guitarrista, pero aprendió a escuchar salsa gracias a su hermano mayor José Enrique y a su admiración por Cheo Feliciano. También se deleitaba mirando a El Gran Combo, en el desaparecido Show de las Doce de Telemundo.
Como se crió en una familia alegre que le gustan la música y las parrandas navideñas, Jerry aprendió a tocar guitarra por su cuenta cuando tenía 13 años. Poco tiempo después, el tresista Carlos Seguí le enseñó en Santa Mónica, Bayamón los primeros acordes del tres, instrumento que se convirtió en el amigo inseparable del salsero.
Sus inicios en orquestas de salsa se remontan cuando de adolescente perteneció al Conjunto La Cojoba, donde tocaba el tres. En ese grupo, Frank Ferrer le pidió cantar dos boleros en un disco; uno era de Antonio Cabán Vale, “El Topo”.
“Yo no sé si ‘El Topo’ recuerda cómo le maté ese bolero. La primera vez que soneo fue en ese disco. Tenía como 18 años”, recordó bromeando el cantante.
Luego, organizó el Conjunto Chaney junto a Nicolás Vivas y la Orquesta La Vuelta junto a unos amigos y al músico Tommy Villariny. Antes de ingresar a El Gran Combo, cantaba en Latin Brass a los 21 años de edad.
Cuando surgió el rumor de que Andy se iba de “Los Mulatos del Sabor”, Jerry no pensaba pedir una audición a Ithier porque consideraba que El Gran Combo era muy superior para él. Sin embargo, el destino lo llevaría hacia la mayor oportunidad de su vida musical.
“Me llamó el timbalero de El Gran Combo, Mike Marrero, y me dijo que estaban buscando muchachos cantantes que quisieran audicionar con la orquesta. Yo no le hacía caso porque pensé que era una broma de mis amigos. Él me hizo la primera llamada, la segunda llamada. Él se da cuenta de que yo no le estaba creyendo… La tercera llamada fue la voz de Rafael Ithier que me dijo: ‘Tú no vas a venir (a la audición) porque hace rato estoy esperando por ti’… Mi papá y mamá se pusieron bien contentos”, contó el intérprete de “Y no hago más na” y su versión nueva “Echar pa’lante”.
Nervioso acudió a la casa de Ithier en Bayamón, donde debió cantarle el merengue “Compadre Pedro Juan”.
“Ahí me dijo que fuéramos al estudio de grabación Ochoa Recording en Hato Rey (San Juan). Allá fue la prueba de fuego porque estaban grabando un disco cuando El Gran Combo cumplía 15 años. Cuando hago mi audición cantando la salsa ‘Vamos’, estaban varios del grupo, pero vi que no estaban muy contentos conmigo.”
Al otro día, Ithier les puso una grabación de la interpretación “La mentira” con Latin Brass. Sin saber que el cantante era Jerry, los integrantes del grupo aprobaron la voz. Cuando Ithier les indicó que era “el mismo jíbaro que ustedes dijeron que no estaba en na”, todos se asombraron y lo aceptaron en la orquesta.
La primera canción de Jerry que sonó en la radio fue “Buscando ambiente” y después “Que falta de respeto”. En realidad, “la que se oyó bastante más fue ‘La clave y el bongó’, composición de Agustín Lara. Si vamos a hablar de cuál fue mi primera canción que se pudo escuchar duro fue ‘El menú’ de Perín Vázquez”, dijo el salsero, quien recuerda lo tímido que se sentía cuando hizo su debut en el programa famoso de Wapa TV, “Luis Vigoreaux Presenta”.
A partir de esos temas, el vocalista ha logrado calar con canciones exitosas, tales como “Ámame”, “Tintineo de copa”, “Gota de lluvia” y “No te detengas a pensar”.
Son muchas las experiencias jocosas que ha vivido junto a sus compañeros de la orquesta, pero jamás olvidará cuando por poco se electrocuta durante un baile en el salón Palladium que estaba localizado en Río Piedras. Cuando agarró un micrófono sintió una descarga eléctrica y gracias a Dios, volvió a nacer porque Charlie se dio cuenta del problema y desenchufó el micrófono rápidamente.
Resume sus 35 años en la orquesta como “un gran aprendizaje de cómo realizarse como ser humano en todo y una de mis grandes satisfacciones es que he podido levantar a mi familia estando en El Gran Combo. Este grupo se debe al pueblo, nació del pueblo y morirá en el pueblo. Representa a nuestra Isla y hay que representarla dignamente”, expresó Jerry, quien dice en broma y en serio que aspira ser reconocido también como “El Tresista del Swing”.

No olvides hacer tu aporte voluntario para ayudas y mantenimiento del sitio

Saludo Yuri Buenaventura

Saludo José Aguirre

Agreganos somos @lasalsoteka