Mostrando entradas con la etiqueta Fruko. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fruko. Mostrar todas las entradas

lunes, 10 de julio de 2017

Fruko , celebrará 50 años de trayectoria artística en Bogotá



Fruko , celebrará 50 años de trayectoria artística en Bogotá








El maestro colombiano JULIO ERNESTO ESTRADA "FRUKO" , anuncia a toda su fanaticada y a los amantes de la salsa, la celebración de sus 50 años de vida artística y para este gran acontecimiento, Bogotá se vestirá de fiesta como gran anfitrión, para conmemorar su era dorada.

La cita será el sábado 19 de Agosto, en el teatro Jorge Eliecer Gaitan, donde los asistentes podrán disfrutar de un concierto donde las generaciones nuevas y viejas, recuerden y al son de lo mejor de Fruko.


Mira aquí la Invitación





Boletas en la taquilla del teatro

La ERA DORADA, así se llama el concierto de celebración de los 50 años de vida artística de JULIO ERNESTO ESTRADA “FRUKO”, quien escogió el escenario del teatro JORGE ELIECER GAITAN para conmemorar sus bodas de oro el próximo sábado 19 de agosto a las 8:00 pm.

Sera un concierto memorable donde apreciaremos músicos de otros grupos que nacen de la mano de este maestro de maestros, como LATIN BROTHERS, LA SONORA DINAMITA, AFRO SOUND y FRUKO Y SUS TESOS con la presencia de su Cantante original WILSON MANYOMA “SAOKO”. Una gala que solo los asistentes al teatro Jorge Eliecer Gaitán podrán disfrutar y en donde las generaciones nuevas y viejas, recuerden y bailen felices esta música que como dice el maestro "FRUKO" acaricia el oído

LA ERA DORADA DE “FRUKO”
Sábado 19 de agosto
Teatro Jorge Eliecer Gaitan
8:00 pm
BOLETAS www.tuboleta.com 5936300

$87.000 $103.000 $142.000 $185.000O

Síguenos en Twitter Siguenos en Facebook Siguenos en Blogger








viernes, 29 de agosto de 2014

Lamentamos informar que Falleció el maestro Álvaro Velásquez.


Lamentamos informar que Falleció el maestro Álvaro Velásquez.








Lamentamos informar que Falleció el maestro Álvaro Velásquez Balcázar , hoy jueves 28 de Agosto de 2014, como consecuencia de cáncer de pulmón, diagnosticado el pasado mes de junio.


El maestro Velásquez  quien vivió en Medellín y siempre se confesó amante del vallenato y la salsa, entre sus proyectos  fue gestor  con Julio Ernesto Estrada “Fruko”, de  orquestas y repertorio  musical entre las que se encuentran temas como  "EL PRESO", un tema emblemático para la salsa y la historia colombiana que inmortalizara  Wilson Manyoma,  este nace como un vallenato, fue prensado por discos fuentes y desde 1975, en disco de 45 rpm y 33 ½ pulgadas en el álbum que se tituló como “FRUKO EL GRANDE”.






Al respecto “fruko” comentó a diarios locales sobre este tema "El Preso es una plegaria, una canción que ha llegado a ser uno de los himnos de la música salsa, la bailan los rusos, los japones, italianos, franceses, entonces El Preso, una canción de Álvaro Velásquez en su composición, fue nuestra carta de presentación, interpretación de Wilson Manyoma, arreglos de Luis Carlos Montoya y la fuerza de Fruko y sus Tesos".






Tomado Herencia Latina por Evelyn Raetz:

En la ciudad de Toronto, Canadá, él estaba con el grupo Los Graduados, un grupo de Gustavo Quintero, muy famoso, de música tropical, fueron a visitar Toronto y allá le llegó una cartica a él, de un señor llamado Gustavo Adolfo Gómez, que estaba preso, de aquí del barrio La Floresta. Leyendo eso: “tengo la historia, cuando vamos a meterlo y hacer la película con tu ayuda”. Pero como no era compositor se le ocurrió hacer unos inventos con la música de Río Crecido, un vallenato. Entonces puso: en el mundo en que yo vivo siempre hay 4 esquinas... y llegó a Codiscos donde el productor Gildardo Montoya, de Girardot, allí cerca hay unos municipios donde le gusta mucho a la gente la música parrandera y dijo: no, no, no, dénselo a Fruko, a Discos Fuentes, Álvaro, yo no sé qué hacer con él. 

Entonces llegó a Discos Fuentes Álvaro Velásquez con la canción, como allá estábamos todos expectantes, nosotros madrugábamos haciendo música de todos los géneros, porros, hasta música africana e hicimos una versión con Wganda Kenya de que la gente creía que eran africanos ...les cuento ese episodio más adelante... entonces dijo Gildardo Montoya “yo les hago el arreglo”, y salió espectacular, todos fuimos poniendo de nuestra parte y la fuerza interpretativa porque eso no podía caer y era simultáneo, no es canal por canal. Hoy en día graban la conga primero después el timbal, después el piano, no, era todo en cuatro canales, primero el ritmo, estaba Hernán Gutiérrez, el pianista que ya murió, él le puso su temperamento y los demás instrumentistas también y resultó ser una canción que llega hasta al espíritu de la gente. Porque habla de Dios, de la mamá, de las cosas que hay que hacer, del perdón que hay que pedir y su ritmo es contagioso.

Tiene pedazos en los cuales se le metió el Jala jala de Ricardo Ray porque nosotros admiramos a Ricardo Ray, en esta y en otra, es un gran genio de la música (tararea el comienzo de Richie’s Jala jala) y en sus primeros compases tienen una potencia como los ponía Beethoven (tararea), motiva. Y cada uno le puso todos estos detalles para que sea una canción inolvidable y nos sentimos muy contentos de haber hecho ese himno de la salsa por Colombia.”



Velásquez  quien tenía 69 años de edad y era de los autores más prolíficos en Colombia, fue gestor del proyecto "el combo de las estrellas", "afrosound", "sonora trópico",. Los graduados.


Velasquez también logró la fama con el tema que interpretara el reconocido sonero Puerto Riqueño,  MARVIN SANTIAGO llamado “La Libertad” Y Levántate Mujer que realizó para la Charanga Típica Latina.

Velasquez también era reconocido por ser investigador de los ritmos tropicales, estudioso de las letras de Tite Curret y otros, tenía su propio grupo llamado El tropicombo








EL PRESO
Oye, te hablo desde la prisión
En el mundo en que yo vivo
Siempre hay cuatro esquinas
Pero entre esquina y esquina
Siempre habra lo mismo
Para mi no existe el cielo
Ni luna ni estrellas
Para mi no alumbra el sol
Pa' mi todo es tinieblas
Ay ay ay que negro es mi destino
Ay ay ay todos de mi se alejan
Ay ay ay perdí toda esperanza
Ay a Dios sólo llegan mis quejas
Nuevamente el Fruko!
Condenado para siempre
En esta horrible celda
Donde no llega el cariño
Ni la voz de nadie
Aquí me paso los días
Y la noche entera
Sólo vivo del recuerdo
Eterno de mi madre
Ay ay ay sólo espero que llegue
Ay ay ay el día que la muerte
Ay ay ay me lleve a estar con ella
Ay al fin, ay cambiara a mi suerte
Y sigue el lamento
Para los de villa nueva
Coro:
Ay ay ay que negro es mi destino
Ay ay ay todos de mi se alejan
Ay ay ay perdí toda esperanza
Ay a Dios sólo llegan mis quejas
Ay que sólo estoy
Sólo me espera la muerte
Ay que sólo estoy
Cuando cambiara mi suerte
Voz Hombre triste soledad
Vivir en esta condena
Ya no quiero sufrir mas
Te lo digo Magdalena
Ay que sólo estoy
Sólo me espera la muerte
Ay que sólo estoy
Cuando cambiara mi suerte
Compañeros de prisión
Gente de todas las clases
Que no tienen corazón
Y no saben lo que hacen
Sólo con mi pena
Sólo en mi condena
(x2)
Oye fruko solo voy con mis penas
En esta celda, treinta años de condena


Fuente:









martes, 9 de julio de 2013

FRUKO: EL SECRETO DEL SABOR - Homenaje a Julio Ernesto Estrada


FRUKO: EL SECRETO DEL SABOR
 

En las polvorientas memorias de la historia de la música caribeña nacional existen nombres que se llegaron a convertir en símbolos, sinónimos, fieles reflejos de fenómenos socioculturales. Personajes que gracias a su invaluable legado, juiciosamente construido a lo largo de años de constante y disciplinado trabajo, adquirieron la calidad de referentes de un país hasta en los más recónditos e inimaginables rincones del planeta. Ídolos, artífices aventajados, héroes de barrio cuyo principal poder fue su talento innato y adelantada visión para escribir páginas gloriosas de nuestra historia urbana. Entre estos artistas hay uno en particular cuya sola mención evoca un periodo, un boom, nos conduce a tararear inconscientemente una canción, a reproducir en la mente las imágenes de figuras legendarias, a recordar el logo de una compañía musical que se convirtió en pionera de nuestra industria fonográfica, pero sobre todo, a erigirlo como uno de los máximos exponentes (si no el más grande) de la salsa en Colombia. 


Para la mayoría, el nombre de Julio Ernesto Estrada Rincón no dice mucho. Quizá sea reconocido por expertos, coleccionistas y melómanos, mas no ocurre lo mismo con el radioyente casual, el salsero aficionado y el bailador. En cambio, si decimos Fruko, la cosa cambia, porque entendemos que se trata de una genuina leyenda viva de la música tropical colombiana.

Este texto no pretende otra cosa diferente a recordar hoy, el día de su cumpleaños, esa figura bonachona, tan sencilla como talentosa, a la que tanto le debe el género caribeño criollo. Tratar de brindar, a vuelo de pájaro, una corta semblanza del hombre y del músico, haciendo especial énfasis en su recorrido con Los Tesos, ya que ahondar en toda su vida artística requeriría de un escrito extenso y profundo, obra biográfica que aún no se ha escrito, o por lo menos no conozco.

Más de cinco décadas han transcurrido desde que el hijo de Baudilio Estrada y Alicia Rincón empezó a sentir el llamado de la música, pasión y virtud que heredó de su abuelo cubano Luis Felipe Rincón, quien llegó a Medellín cuando se construía el túnel ferroviario de la Quiebra; desde que sus tíos ponían a sonar los discos que eran éxitos en Radio Ondina; desde que escuchó la música sabrosa que retumbaba en las juergas nocturnas del Cumaná, el rumbeadero frente a su casa en el barrio Naranjal de la capital de la montaña; desde que le compró esa flauta metálica al compositor Crescencio Salcedo y empezó a soplar desafinadas notas de las cumbias y porros de moda en ese entonces; desde que doña Rosa de la Parra, su abuela española, lo recriminaba continuamente porque escuchaba “música para negros”; desde que le negaron el ingreso al colegio por rebelde y buscapleitos; desde que inició labores en Discos Fuentes con sus tíos Mario, Jairo y Jaime Rincón; desde que hizo estudios de solfeo, armonía y dictado en la escuela Virgilio Pineda con los maestros Manuel Cervantes, Juancho Vargas y Julio García. 




El pequeño Julio Ernesto estaba predestinado a triunfar y la fortuna fue benévola con sus sueños. Siendo apenas un niño empezó a trabajar de mandadero en la próspera compañía fonográfica paisa, llevándoles el almuerzo a sus tíos y demás empleados, y después como utilero cargando y acomodando micrófonos, cables, atriles e instrumentos musicales en el estudio. Joselito (como le decían) ya se sentía en su salsa, en el medio que le gustaba, afinando el oído con los instrumentos de percusión, aprendiendo empíricamente los secretos y técnicas de grabación en estudio, y conociendo las grandes figuras del concierto caribeño como Daniel Santos y Miguelito Valdés, entre muchas otras.

Pronto, se ganó la confianza y admiración de don Antonio Fuentes, acaso el pionero genio de la música tropical colombiana, quien reconociendo su inmenso potencial tomó la decisión, inicialmente, de dejarlo grabar a las agrupaciones novatas, y más adelante a sus estrellas incluyendo a los consentidos Corraleros de Majagual, que a la postre terminó convirtiéndose en la banda con la que debutó como músico, en 1965, ejecutando el timbal.

En sus correrías con la banda de Eliseo Herrera, Calixto Ochoa y Alfredo Gutiérrez por Venezuela, sintió la urgente necesidad de empezar a grabar salsa brava en Colombia como la que estaban haciendo los artistas Fania en Nueva York, El Gran Combo en Puerto Rico, Ray Pérez y Tabaco en Venezuela. Si bien en el país algunos artistas habían hecho algunos temas salseros, aun no existía identidad, carecíamos de una agrupación que despuntara, que pegara fuerte, que tomara la batuta como representante de la salsa en el país, que fuera la primera “gran” orquesta de salsa colombiana. Así fue que nació la idea, la genial idea de Fruko.

La anécdota sobre la forma como adoptó el nombre artístico la ha repetido incansablemente en entrevistas, siempre con una amplia y amable sonrisa: “En la época cuando tenía 12 o 13 años, en los Altos del Hotel Nutibara había un anuncio de la fábrica de conservas de Fruco. Una muñequita que prendía y apagaba, y entonces los amigos allá, Lisandro Meza, Mario Londoño, Pedro Nel Isaza, en el estudio, unos músicos, decidieron bautizarme, ponerme el alias, ‘ese se parece a Fruco’ ”.

Su ópera prima con Los Tesos data de 1970, cuando graba “Tesura” con la primera voz oficial del grupo: Humberto Muriel González, “Huango”. Esta producción, descrita por Fruko como “experimental”, sirvió para que se moldeara el estilo, sonido y conformación de la banda. Habida cuenta de que solo se lanzaron 400 copias al mercado, no fue un producto que le representó ganancias a la compañía ni al naciente director musical, pero definitivamente fue el punto de partida de una exitosa carrera. Actualmente el disco, por su limitado número de ejemplares disponibles en buen estado, se ha convertido en una apetecida pieza de colección por la que se cobran sumas escandalosas, especialmente en el exterior (Estados Unidos, Europa y Japón), adonde ha llegado gran parte de estas ediciones.

Para el segundo álbum contaron con la participación de Edulfamit Molina Díaz “Píper Pimienta”, que venía de Los Supremos. El disco vio la luz en 1972 y se tituló “A la memoria del muerto”, y si bien no contó con la recepción esperada, puede ser quizá uno de los mejores en cuanto a calidad artística. La carátula del LP muestra a Fruko (inyectándose en uno de sus brazos) y su cantante sentados en un cementerio, con coloridas camisas africanas y pintas de hippies, poniéndose a tono con la revolución juvenil del momento, escena escandalosa para una sociedad que deglutía difícil y lentamente este tipo de tendencias foráneas, al punto que en el momento de hacer las fotografías, la policía los sacó del campo santo por considerarlo inmoral. La canción “A la memoria del muerto” fue el primer éxito en Colombia y “La fruta Bomba” pegó fuerte en países como Panamá, Venezuela y Cuba. Fruko y sus Tesos ya había despegado.

Posteriormente llegaron las dos voces más queridas y recordadas de la legendaria orquesta: Álvaro José “Joe” Arroyo González, de Cartagena y Wilson Manyoma “Saoko”, de Cali. El primero debutó en el disco “El Bueno” (1972), cargado de covers de Nelson y sus Estrellas, Richie Ray y clásicos de la música cubana; el segundo, en “Ayunando”, de 1973, por la línea del anterior LP, de donde se destacaron la canción “Tú sufrirás”, de Saoko, y “Mosaico Santero”, un popurrí de canciones de Celina & Reutilio muy bien arreglado, e interpretado por Joe Arroyo. Pero indudablemente el gran éxito fue “el ausente”, que se posicionó muy fuerte en emisoras y discotecas a nivel nacional. Ese mismo año se produjo “El Violento”, cuyos cortes “Tronco Seco” y “Nadando” se volvieron hits. 
 


1974 arribó con el buen LP “El Caminante”, cuyos éxitos los aportó la voz de Joe Arroyo: la nueva versión de “El Caminante”, tema originalmente interpretado por el cubano Roberto Torres; “Tania”, declaración de amor del cartagenero a su pequeña hija, tema que se convirtió en clásico instantáneo del rico repertorio salsoso de Colombia; y “El Árbol”, composición de Isaac Villanueva.

La consagración definitiva llegó con el disco “El Grande”, de 1975, una verdadera joya de principio a fin. Todos sus cortes fueron éxitos rotundos. Recordamos “Manyoma”, “Flores Silvestres”, “Los Charcos”, “Confundido”, y la canción que le dio la vuelta al mundo y que hoy, 38 años después de haber sido estrenada, continúa siendo la marca registrada de la salsa colombiana y no deja de sonar en emisoras y bailaderos: “El Preso”. Composición de Álvaro Velásquez, “El Preso” nació del drama de un amigo suyo condenado en Canadá por tráfico de drogas. La música, adaptada de un vallenato, se llevó al formato de salsa gracias a los arreglos de Luis Carlos Montoya y la colaboración de todo el grupo que aportaba sus ideas en el estudio de grabación.

Hasta la fecha ha sido el mayor de los éxitos de su carrera, representó la entrada por la puerta grande al exigente mercado latino de la música caribeña y llegó a ser considerado himno de la salsa a nivel mundial. Fruko había dado el batacazo de su vida y se había ganado merecidamente y a pulso, un lugar destacado dentro de las estrellas del género, tanto así que fue invitado a tocar en el Madison Square Garden de Nueva York para que alternara con luminarias como la Fania All Stars, la Dimensión Latina, Wilfrido Vargas y el Conjunto Libre, proeza que solo había logrado una colombiana, la baladista Claudia de Colombia. 


Su siguiente álbum fue El Bárbaro (1976), que puso a sonar “El negro chombo”, tema especialmente compuesto por Fruko para que lo interpretara Joe Arroyo, ya que era dedicado a su padre que lo abandonó. En 1977 salió El Patillero, con dos temas destacados: “Los Patulekos”, cantado por Joe, y “El Patillero”, del compositor Roberto Solano, en la voz de Saoko, de tremendo impacto en Panamá. 1978 nos regaló El Cocinero Mayor, brillante producción en la que Joe inmortalizó la canción que dio título al álbum, Saoko pegó “El árbol” y el invitado especial de la grabación, la histórica voz de la Sonora Matancera Celio González, aportó una memorable pieza, “La Borincana” (también de Roberto Solano), que inicialmente se iba a llamar “Bogotana” pero la productora quiso internacionalizarla y la letra se adaptó a Puerto Rico. En 1979 el turno fue para El Teso, donde Joe impuso “Catalina del Mar”.

Durante la década de los ochenta produjo siete álbumes, no con la misma fuerza ni éxito de los anteriores, fusiones de ritmos caribeños que tomaban rumbos distintos a lo que la banda había acostumbrado a su público, pero no por eso carentes de calidad artística: “El Espectacular” (1980); “El Mejor” (1981), donde regresó transitoriamente Píper Pimienta a reemplazar a Joe que había lanzado su primera producción como solista; “El Genio” (1982), donde vuelve Joe Arroyo en su última grabación con Fruko y con el debut de un jovencito Juan Carlos Coronel; “El Salsero Mayor” (1983), con las voces nuevas de May González y John Jairo Murillo, y la inclusión especial de la India Meliyará en el corte “Amigo”; “El Magnífico” (1985), en el que Joseíto Martínez hace su aparición; “Contento” (1987), nuevamente con Martínez y la participación especial del bolerista cubano Orlando Contreras; y “El Padrino de la Salsa” (1989), con Willie Calderón como nuevo intérprete. Wilson Saoko estuvo presente en las anteriores producciones, a excepción de “Contento”.




El decenio de los noventa llegó con un interesante proyecto: hacer cuatro álbumes que rescataran lo mejor del cancionero caribeño por ritmos, especialmente dedicados a la música cubana y a sus inmortales figuras. La idea se materializó en 1993 con el estrenó del álbum “Mambos”, que recordó la música dorada de Pérez Prado y del “Bárbaro del ritmo”. La era de Los Tesos había culminado e iniciaba la de Fruko & Orquesta. El disco contó con la participación de los cantantes Antonio González y Johnny Moré. El año siguiente lanzó los otros tres discos: “Pachangas”, cuyo repertorio incluía éxitos de Joe Cuba, Joe Quijano, Richie Ray y La Plata Sextet. Además de González y Moré, cantaron Óscar Quesada y Robin Espejo; “Sones y Montunos”, con el retorno de Wilson Saoko y el debut de “Chucho” Nuncira quienes remembraron joyas del Trío Matamoros, Tito Puente, Ñico Saquito e Ignacio Piñeiro; y “Guarachas, Guajiras y Boleros”, en donde repitieron Saoko y Nuncira, esta vez cantando clásicos de Rafael Hernández, Arsenio Rodríguez, Portabales, Miguel Matamoros y Joseíto Fernández. 



El reinado del acetato había llegado a su fin y sus próximas producciones solo saldrían en CD. Las nuevas tendencias musicales foráneas, la fiebre del merengue, el auge de la salsa romántica-erótica y la piratería estaban pasando factura al boom de la salsa brava. Las ventas de los discos habían caído estruendosamente y los tiempos eran difíciles para la industria. Sin embargo, Fruko continuó grabando y lanzaría varias producciones más: “Esto Sí es Salsa de Verdad” (1999), “Power Salsa” (2000), “Somos Salsa (We Are Salsa): Latin Treasures In Hard Salsa” (2002), “Pa’ Gozá Con Fruko” (2003), “La Máquina del Sabor” (2004), y “Fruko Power” (2006), producciones donde presentó las voces de Delfo Barrientos, Álvaro Pava, el panameño Gabino Pampini, Daniel Silva, Luis Moyano, Morist Jiménez, Harold Pálaez, Luis Moreno, la cubana Raquel Zozaya y el “Faraón” Óscar De León.

Hay tres álbumes que por lo general no aparecen en su discografía pero que merecen ser tenidos en cuenta: “Oriza”, de 1971, en el que además de Fruko incluyeron temas de otras orquestas como Ralph Roig, Dee Jay, Louie Ramírez y Félix Caraballo, en donde se compilaron números grabados con Píper Pimienta pero que únicamente salieron al mercado en discos de 45 r.p.m: Oriza, Yo No Vuelvo A Querer, Dame Un Break, La Chica Del Barrio Obrero, y Algo Pa’ Gozá; “Fuentes All Stars” (1975), de artistas varios, que compila otros números extraviados en los pequeños discos de 45: No Me Dejan Quererte, Entre Marido y Mujer, y Negra Del Campo; y “Full Salsa Para Gente Rumbera Vol.1” (1976), disco raro que contiene una canción por cada lado (Full Salsa 1ª Parte y 2ª Parte), suerte de sesión improvisada. Más recientemente, Discos Fuentes editó el LP de Joe Arroyo, “La Voz, Bolero y Salsa”, que incluye 10 cortes, algunos inéditos, del cartagenero con Fruko Y Sus Tesos: Canta Mi Corazón, Caifaz, Y Cuando, La Lotería, Volvió A Mentir, Ayúdala Por Favor, Sentencia China, Pa´Borinquen, Congo, y Volver A Empezar.

Además de Los Tesos, su carrera se extiende a otras agrupaciones como los Corraleros de Majagual, Los Diplomáticos, The Latin Brothers, La Sonora Dinamita, Afrosound, Wganda Kenya, Banda La Bocana, Los Tupamaros y La Sonora Carruseles. Con más de 48 años de vida artística, un olfato agudo para descubrir nuevos talentos, ejecutor de 25 instrumentos musicales, más de 42 álbumes, 8.000 grabaciones como compositor, músico, director de orquesta, arreglista, ingeniero de sonido o productor, giras por alrededor de 70 países y 250 ciudades, premio de la revista Record World a mejor orquesta tropical de América, indudablemente Fruko es el más grande de Colombia. 
 


Julio Ernesto Estrada no fue el primero en hacer salsa en el país, eso es algo que está lo suficientemente claro, pero sí fue el primer colombiano que alcanzó la gloria gracias a este ritmo y la internacionalizó. Por eso resulta lamentable que algunos “eruditos” se empeñen en mirar con displicencia y mezquina prevención el trabajo del paisa por cuestiones regionalistas. En cierta ocasión, un reputado coleccionista costeño dijo “Qué va, antes de Fruko estuvo Roberto de la Barrera y Michi Sarmiento, la salsa colombiana nació fue en la costa”, lo cual puede ser cierto, pero con el respeto que se merecen estos dos artistas planteo el interrogante: ¿Ellos también alcanzaron el éxito y reconocimiento que obtuvo Fruko a nivel mundial? Ese es el punto.

Antes de Fruko escuchamos guarachas de la Sonora Dinamita, danzones y guajiras de Lucho Bermúdez, salsa al peculiar estilo de Aníbal Velásquez y Chico Cervantes, los mismos Corraleros de Majagual hicieron “Quemando”, Pedro Laza grabó con Daniel Santos, René Grand puso a sonar “Mambo Cool”, en fin, el movimiento ya se había iniciado, pero Fruko fue quien se consolidó como el abanderado de la salsa de Colombia en el exterior.

Hoy, 7 de julio de 2013, a 62 años de su nacimiento, quiero rendirle un sencillo homenaje al hombre que cimentó las bases para que Colombia trazara el sendero del éxito en el mundo de la salsa, reconocimiento que inconcebiblemente está en mora de hacerse por parte de sus colegas, de sus compañeros de época, de la casa disquera que en gran parte vio incrementar sus utilidades gracias a su extraordinario talento, de un país que históricamente ha padecido amnesia e ingratitud con sus luminarias.

Feliz cumpleaños maestro Fruko. Solo nos resta decirle: gracias por tanta tesura
 
Por: John Jairo Usme
.


No olvides hacer tu aporte voluntario para ayudas y mantenimiento del sitio

Saludo Yuri Buenaventura

Saludo José Aguirre

Agreganos somos @lasalsoteka